Elaboradas a partir de una sola especie de flor o de la estudiada mezcla de varias, las mieles de Tenerife convierten los aromas de las flores endémicas de Canarias en un sabor incomparable.
Su exotismo y su dulce aroma son sólo algunas de las claves para su éxito, que responde a una tradición de más de cinco siglos de historia.
Tal es su importancia en la isla que en el municipio de El Sauzal puede visitarse el Centro de Visitantes de la Casa de la Miel, donde conocer y degustar algunas de sus especialidades.
Destacan la miel de tajinaste, cuyo sabor suave y color beige recuerdan a las tonalidades de las faldas del Teide, donde crece esta flor endémica.
O la de retama del Teide, que se extrae a 1.500 metros de altura y se produce cada verano.
La miel que se fabrica en Tenerife está sujeta a estrictos controles de calidad para garantizar su autenticidad y su sabor.
La Denominación de Origen Protegida “Miel de Tenerife” es un sello que asegura al consumidor que está disfrutando de un producto cuidado que ha superado exhaustivos controles de calidad.
La existencia de una especie de abeja autóctona en el archipiélago canario es una señal de la importancia de la apicultura en Tenerife.